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La página web CookingIdeas.es nos ha regalado esta nota tan especial, que hemos decidido reproducirla aquí para compartirla con ustedes: 
A principios del pasado mes de abril, Gerardo Aizpuru,
 fotógrafo aficionado mexicano, inmortalizó esta bella oruga 
cristalina en una hoja de árbol, en un manglar cerca de Cancún.
 Ante la duda sobre la especie, presentó sus imágenes al Proyecto Noé,
 una base de datos creada por usuarios de fotos georeferenciadas de 
naturaleza, donde varios comentaristas identificaron la especie como la 
larva de una mariposa naranja llamada Acraga coa.
Casi sin duda pertenece a la misma familia de las polillas conocidas 
como Dalceridae, de las que los científicos
 han identificado alrededor de 84 especies diferentes de mariposas. Las 
larvas de la Acraga coa son particularmente semejantes a
 babosas, aplanadas, translúcidas, de color amarillo o verde 
vidrioso, frecuentemente con franjas. La superficie dorsal está cubierta
 por hileras de tubérculos cónicos, translúcidos y gelatinosos.
Muchos animales, incluidas muchas orugas, utilizan pigmentos 
intensos para anunciar su toxicidad y mantener alejados a los 
depredadores. Pero hasta ahora los biólogos no han descubierto por qué 
algunas larvas de Dalceridae tienen esa piel viscosa y casi transparente
 como la gelatina.
Daniel Janzen, un biólogo de la Universidad de 
Pennsylvania, ha estudiado las larvas de Dalceridae en cautiverio y fue preguntado por Scientist American por
 qué estas larvas tienden a ser tan brillantes y visibles. Y afirma que,
 a pesar de su fulgor, se pasan el día caminando por la parte superior 
de las hojas, a la vista de aves y otros depredadores, sin miedo a ser 
atrapadas.
Una teoría es que la cristanilidad agudiza los colores en combinación
 con el brillo del sol; y cuanto más intensos sean los colores, es una 
mayor indicación de su peligrosidad. También se preguntan por 
qué estas larvas tienen esa especie de conos con puntitos por todo el 
cuerpo.
Al parecer estos conos gelatinosos se desprenden muy fácilmente, como
 en una suave depilación, incluso cuando se tira de ellos por accidente,
 lo que sugiere la forma en las colas de algunos lagartos
 para que puedan zafarse del pico de un pájaro o de la boca de un 
depredador.
Sin embargo, también han probado a enfrentar a hormigas hambrientas y
 orugas con conos/sin conos gelatinosos. Y han descubierto que, mientras
 las hormigas atacan a la orugas lisas, la mayoría huía como de la peste
 en cuanto tocaba con sus antenas las protuberancias. Las pocas hormigas
 que mordieron se retiraron rápidamente a limpiar la suciedad de sus 
mandíbulas.
En pruebas posteriores, los investigadores no encontraron 
restos de productos químicos tóxicos en la sustancia pegajosas 
de las larvas, lo que sugiere que estas orugas disuaden a las 
hormigas únicamente a causa de su viscosidad.
Así que tal vez “oruga-joya” sea un nombre adecuado; al fin y al 
cabo, se mira pero no se toca.
Fotos y más info: Project
 Noah y LiveJournal
Revisen la nota original
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