Se exhibe por primera vez en Caracas, este lunes, en la sala MBA de la Cinemateca Nacional, "La República Popular China", lo que se ha denominado "un filme grandioso de bajo presupuesto".
Épica, historia y thriller político
La
industria cinematográfica china ha querido rendir homenaje a la
Republica Popular de su país con motivo de celebrar en 2009, el 60 aniversario de su
fundación, estrenando el pasado mes de septiembre la película The
founding of a Republic (La fundación de una República), que aquí se denomina "La Repúblicva Popular China". Una audaz
superproducción que recorre los años de guerra civil que enfrentaron a
nacionalistas y comunistas tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
Para interpretar a Mao Zedong o Chiang Kai Schek, así como al resto de
protagonistas de la historia han participado más de 170 grandes
estrellas nacionales, desde Jackie Chan a Jet Lee, un hecho insólito
hasta ahora en la cinematografía china.
El cine chino ha querido
de nuevo dejar constancia de su historia de cara, sobre todo, a ilustrar
a sus nuevas generaciones. Si a comienzos de año hacíamos referencia al
film Ciudad de vida o muerte, premiado en el Festival de Cine de San
Sebastián, el cual rescata para la memoria uno de los episodios más
dramáticos de la invasión japonesa de China, la masacre de Nanking,
ahora la industria cinematográfica de este país ha querido sumarse a la
celebración del 60 aniversario de la creación de la República Popular
(la cual tuvo lugar el 1 de octubre de 1949) contribuyendo con un film
histórico donde aparece lo más granado de sus actores.
Más de 170 actores y actrices
En
ese homenaje que supone recrear un pasado de enfrentamiento que condujo
al surgimiento de la actual China comunista, la película ha logrado un
hecho insólito, reunir a un reparto en el que se encuentra lo más
conocido del cine chino y hongkonés, nada menos que más de 170 estrellas
nacionales, algunas de ellas de fama internacional entre las que se
encuentran Jet Lee, Jackie Chan, Donnie Yen, Andy Lau, Zhao Wei, Leon
Lai, Zhang Ziyi, Tang Guoqiang, Chen Kaige...
Algunos
de ellos se limitan a simples cameos, en ocasiones con una simple
frase, pero tampoco puede esperarse mucho más, teniendo en cuenta el
gran número de artistas que aparecen en las dos horas de duración del
film. Jackie Chan da vida a un reportero, y Jet Li a un almirante del
Kuomintang (KMT). En principio también aparecía el director John Woo,
pero sus escenas fueron finalmente eliminadas.
En cualquier caso
el film permite disfrutar de unas excelentes interpretaciones, tanto de
los personajes ficticios como de los históricos. De entre estos últimos
destacan los dos principales árbitros de la escena política del momento,
por un lado Mao Zedong, líder del Partido Comunista Chino (PPCh)
interpretado en su decimocuarta vez por el actor Tang Guoqiang, aunque
por primera vez, a sus 56 años ha interpretado a Mao a la edad que este
tenía realmente en 1949. Y por otro lado Guoli Zhang como el presidente y
líder del Kuomintang (Partido Nacionalista Chino o Partido Nacional
Popular), Chiang Kai-shek. Es sorprendente el gran parecido de ambos
actores con los personajes que encarnan, lo cual el espectador podrá
comprobar perfectamente cuando ya al final del metraje se intercalen
algunas imágenes del verdadero Mao Tse-Tung.
Una majestuosa superproducción de bajo
presupuesto
La película, codirigida por Sanping Han y
Jianxin Huang, ha contado con un presupuesto de 6 millones de dólares,
una cantidad exigua para una superproducción de estas características,
pero explicable si tenemos en cuenta que la mayoría de los actores han
participado gratuitamente en el proyecto renunciando a su caché.
Esto
ha permitido concentrar los recursos en la recreación histórica,
repleta de escenarios reales donde se sucedieron los acontecimientos que
narra, decorados y la puesta en escena de algunas de las batallas más
importantes de la Guerra Civil. Será notorio además el uso de efectos
digitales de alta calidad.
Se ha volcado en el proyecto un gran
número de productores y ha sido proyectada por uno de los mayores
distribuidores dentro del país, el China Film Group. Según Europa Press,
los cuarenta millones de dólares que lleva recaudados desde su estreno,
la convierten en la película más taquillera de cuantas se han producido
en China.
Historia o propaganda
Se
ha apuntado a que quien realmente está detrás de la orquestación de
este proyecto es el Partido Comunista Chino y su omnipotente poder,
debatiéndose la crítica internacional entre quienes lo consideran un
ejercicio de propaganda y exaltación del régimen y quienes están
dispuestos a hacer concesiones en aras de la calidad de la cinta. Y es
que si bien, dada la actual situación política china, todavía
escasamente plural, la objetividad hacia un pasaje de su historia del
que surge el propio estado comunista como resultado de una guerra civil,
podría ser igualmente escasa o nula, el resultado parece ser bien
diferente.
Si bien el
film no deja lugar a dudas sobre quienes son los auténticos héroes de la
historia, Mao Tse-Tung, sus colaboradores más directos y el ejército
comunista, quienes desde una situación de inferioridad, en
circunstancias más penosas, ataviados con el traje sencillo Zhongshan,
más propio del trabajador de una fábrica, contrastan con las estancias
de poder en que se desenvuelven los líderes del Kuomintang, sus solemnes
automóviles y sobretodo, la corrupción que inundó al partido de Chang
Kai-Schek y que como él mismo reconoce, fue la principal causa de su
propia derrota.
La película también resalta al fundador del
Kuomintang (KMT), Sun Yat-sen (1866-1925) y primer presidente de la
primera República China (1912), como importante punto de origen de ambos
líderes, Mao y Chiang, y su retrato preside la reunión entre los mismos
que da inicio al film, siendo presentados como discípulos suyos. La
viuda de Sun Yat-sen líder considerado como padre de la China moderna,
Song Qingling, también adquiere relevancia en la cinta y a quien Mao
suma finalmente a su proyecto para forjar la República Popular.
Esa
imagen de unidad en la fundación de la Nueva República Popular se
complementa con la aparición de otros líderes políticos del momento en
un intento de mostrar cierta pluralidad política, aunque finalmente el
único partido predominante fuera el comunista y no se lograse una
democracia tal y como ésta se entiende en occidente, sino una dictadura
de partido. El film en su recta final permite asistir a momentos de gran
simbología como la adopción de la bandera del país, el himno nacional,
la celebración de la Conferencia Consultiva Política Popular o la
proclamación de la República en la plaza de Tiananmen el 1 de octubre de
1949.
La historia que refleja
la ficción: La Guerra Civil
El Partido Nacional Popular,
el Kuomintang (KMT), creado y liderado por Sun Yat-sen, ha sido desde la
fundación de la República China en 1912, la principal fuerza política
del país. Tras la muerte de éste en 1925, el general Chiang Kai-shek ha
logrado imponerse al frente del mismo. Una China dividida ha requerido
grandes esfuerzos de cara a su unificación, luchando contra poderosos
señores de la guerra. En esa lucha se ha sumado el Partido Comunista
Chino, quien bajo Sun Yat Sen se había unido al Kuomintang por compartir
diversos principios revolucionarios, sin embargo tras su muerte y tras
las primeras victorias, los comunistas son traicionados y perseguidos
por Chiang Kai-shek. En 1927 se establece la capital de la República en
Nanking. En 1937, la invasión japonesa, que se hace con gran parte del
país, vuelve a lograr aunar a ambos partidos en un frente unido contra
el poderoso enemigo común.
La película se inicia el 28 de octubre
de 1945, la Segunda Guerra Mundial ha concluido y con ello, ocho años
de lucha de China contra Japón. Las esperanzas de paz se concentran
ahora en Chungking, donde se reúnen los presidentes del Kuomintang,
Chiang Kai-shek y del Partido Comunista Chino, Mao Zedong (o Mao
Tse-tung). Sin embargo las negociaciones para formar un gobierno de
unidad que proporcione democracia y paz, fracasan, y en la primavera de
1946 se reanuda la Guerra Civil.
El
Kuomintang posee bajo su control la China central y las principales
ciudades del país (Shanghai, Nanking, Pekín…). Su ejército es más
numeroso y en un principio está mejor equipado. Cuenta además con la
supremacía aérea y naval. Los Estados Unidos al inicio del conflicto le
prestan ayuda económica, que sin embargo acabará por desaparecer por
completo. Por otro lado los comunistas son fuertes en el norte y el
noroeste del país, en territorios como Manchuria, arrebatados a los
japoneses y su principal base social se encuentra entre el campesinado.
Si
inicialmente las victorias caen del lado nacionalista, la situación
cambia, y los comunistas, que controlan amplias zonas rurales, van
sometiendo a prolongados asedios a las ciudades norteñas en los que
mueren por inanición centenares de miles de personas. La ayuda
armamentística soviética y el armamento japonés rendido en Manchuria
llevan al Ejercito Popular de Liberación de Mao a cosechar importantes
victorias. Por otro lado, Chiang Kai-Schek, presidente de la República
China, es incapaz de frenar la corrupción interna de su partido, la
hiperinflación hunde a la economía del país y progresivamente pierde
apoyo social.
En enero de 1949 los comunistas toman Pekín, y
durante los siguientes meses van cayendo en su poder el resto de las
principales ciudades, incluida la capital de la República, Nanking. El
presidente Chiang Kai-Shek se retira con sus tropas al sur y finalmente,
ante la imposibilidad de frenar a su enemigo, acaba refugiándose en
Taiwán, donde establece la nueva capital de la República, país que ha
sobrevivido hasta la actualidad.
En septiembre Mao convoca la
Conferencia Consultiva Política Popular (CPPCC), que decide la
estructura del nuevo estado y el 1 de octubre de 1949, en un acto
multitudinario ante la plaza de Tiananmen, proclama la República Popular
China, momento histórico con el que finaliza el film.
Por
José Luis Urraca Casal
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